
La música, el cuarto arte, hoy en día se pierde, como se pierden la política, la capa de ozono, las buenas costumbres.
Hoy en día es muy fácil hacer buena música, contratas a un compositor, guitarristas, batería, teclado, bajo y un par de coristas y ya esta.
Un par de arreglos de voz, 400 veces la canción elegida en la cadena de turno, y ya lo tienes.
Lo malo es cuando de verdad un artista se sube a un escenario, coge su voz sin arreglo alguno, e incluso con todos los músicos contratados anteriormente, esa misma persona, la que se a dejado su dinero en todo ello decepciona al público de tal modo que no entiende el fracaso de su “éxito seguro”.
Ni nos merecemos esto, ni ellos se merecen eso, a pesar de intentar sacar tajada a trabes de subirse el ego destrozando una parte del arte.
Nosotros , los espectadores, los oyentes, podemos dedicarnos a bajar su música de Internet y eso crea un problema que ya esta latente, pero ellos con ese trato que tienen distante, como divino, con esos discos prometedores y esas actuaciones tan malas deberían tener algún tipo de ley que les regulara como nosotros tenemos la protección contra la piratería, quieren que compremos que dejen de vendernos basura.